La Chorativa llega este sábado con fuerza ancestral
Este sábado a las 19 horas en la sala Rautenstrauch del Camping Musical Bariloche (Bustillo km 25) La Chorativa presenta un repertorio que recorre clásicos del género y otros ritmos cercanos a la samba, con obras de compositores como Pixinguinha, Waldir Azevedo, Ernesto Nazareth y otros grandes referentes. El choro es un género popular brasilero…
Este sábado a las 19 horas en la sala Rautenstrauch del Camping Musical Bariloche (Bustillo km 25) La Chorativa presenta un repertorio que recorre clásicos del género y otros ritmos cercanos a la samba, con obras de compositores como Pixinguinha, Waldir Azevedo, Ernesto Nazareth y otros grandes referentes.

El choro es un género popular brasilero -patrimonio cultural de este país- alegre y virtuoso, nacido en el siglo XIX. Surgió como una forma original de tocar ritmos europeos como el vals o la polca, con un fuerte espíritu afrolatino. Precursor de la samba y la bossa nova, el choro combina interpretación precisa e improvisación, y suele tocarse en reuniones informales llamadas rodas de choro.
“El estilo tiene una complejidad musical muy alta, su interpretación exige un nivel de virtuosismo bastante importante”, cuenta Fran Bubani, percusionista brasileña, especializada en pandeiro, congas y atabaque, quien integra el grupo junto a Daniel Ducos (cavaquinho y arreglos), Miguel Nitzsche (clarinete y arreglos), Catalina Sainz (flauta traversa y voz) y Juan Crespi (guitarra y guitarrón).
“Es un desafío porque no es sencillo, exige mucho estudio, mucha preparación. Tiene ese elemento de complejidad tanto a nivel armónico como a nivel de contrapunto, pensando en un análisis musical más profundo, es un ritmo muy sincopado, característico de la música de Brasil”, continúa Bubani, también doctora en ingeniería y estudiante de la Maestría en Creación Musical de UNTREF.

Sobre el propio recorrido, aunque el desembarco en la música parece casi lógico por las profundas raíces que la anteceden atravesada por ritmos afrobrasileros y afrolatinos, Bubani desanda el proceso para llegar a incorporar este aspecto en su vida, por largos años dedicada al estudio y la investigación científica. “Me doctoré en el instituto Balseiro en ciencias de la ingeniería. Después estuve yendo y viniendo de Brasil, haciendo posdoctorado, y volví en el 2016 como investigadora del CONICET. Actualmente estoy de licencia sin goce de sueldo”.
– ¿Cómo llegaste a esa decisión?
-Siento que en este momento no están dadas las condiciones para seguir adelante con mis proyectos de investigación en el CONICET. Aunque sea con una gran dosis de eufemismo hay que decirlo.
– ¿En qué se traduce que no estén dadas las condiciones?
-En los proyectos de investigación que nos ejecutaron, las partidas presupuestarias que no se ejecutaron, en que no hay nuevas convocatorias para proyectos de investigación. No hay financiación a la ciencia, aún con recursos que ya estaban comprometidos. Junto con esto, los salarios son realmente muy bajos, considerando el nivel de formación que tenemos: estás hablando de una persona que está en el sistema científico, que tiene grado, doctorado, posdoctorado, gente con diez, doce, quince años de estudios universitarios aprobados. Me pareció que era el momento de poner en pausa mi trayectoria científica. Entre ir al exterior y seguir haciendo investigación científica para que países desarrollados sigan siendo más desarrollados, y poner en pausa mi carrera científica y reconectarme con el arte, elegí la segunda opción. Fue una decisión muy seria, que tardé tiempo en tomar.
– ¿Pensás que en algún momento podés volver al campo científico?
-Sí, es identitario. Sigo siendo científica, soy música y soy un montón de otras cosas más. Pero sí, voy a seguir siendo científica hasta el día que me muera, lo que no sé es cómo voy a trabajar, en qué condiciones, qué es lo que va a quedar en un par de años. Esa es un poco la pregunta también.
– ¿Cómo comenzó recorrido y dedicación a la música?
– Empecé a tocar en mi preadolescencia, siempre percusión, en las calles de Brasil, en lo que se conoce como terreiros del Candomblé, que es un culto de matriz afrobrasileña. Después tuve varios maestros de percusión a lo largo de mi vida y también estuve mucho tiempo sin tocar, dedicada a estudiar, al trabajo, a la investigación científica. Volví hace aproximadamente dos años y medio: me reconecté con la música y ahora que volví con el arte es algo que voy a mantener por el resto de mi vida. También es parte de mi identidad. Creo que mi contribución de acá en adelante va a tener un contenido tanto científico como como artístico.
– Después de tanta preparación y ensayo, ¿cómo vivís el despliegue en el escenario?
-Es algo que realmente me trae mucha alegría, algo que disfruto profundamente. Cuando estoy subiendo al escenario lo que siento es mucha responsabilidad, porque no soy solamente yo, estoy representando mi cultura de origen, estoy tocando lo que tocaban mis ancestros, tocando distintos instrumentos que tienen una historia milenaria, todo eso entra en juego y es lo que quiero como artista transmitir al público.
– ¿Cómo te preparas para el sábado?
-Venimos haciendo un trabajo muy serio de ensayo, de preparación para ese espectáculo y es realmente algo muy especial, una fusión de lo que es la música europea con lo que es la tradición afrobrasileña, entonces es un momento en el que se encuentran esas dos tradiciones musicales y si se produce algo único, que es el choro.

Por Violeta Moraga
Fotos: Fernanda Zentner
Colectivo de Comunicación Popular Al Margen
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La revista Al Margen es una publicación que recorrió las calles de nuestra región desde comienzos del año 2004. La misma brindaba información de interés general, notas de actualidad y abordaba temas sociales. Esta revista también se creó para brindar una salida laboral concreta a personas desempleadas, que a través de la venta obtenían sus propios ingresos de manera directa.
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