Bariloche se convierte en podcast con marca propia

En el mar de podcast, El Marajá de San Telmo y Bariloche con puré comentan nuestra ciudad. En la secuencia de los episodios, el paisaje urbano se despliega como una ventana emergente que nos sorprende y al mismo tiempo nos permite reconocernos.

El podcast es un contenido de audio digital a la carta, se escucha cuándo uno quiere en cualquier punto del planeta donde haya internet. El Marajá de San Telmo intenta desentrañar la cinefilia de nuestra comunidad. Agustina Osorio y Ezequiel Fernández son dos barilochenses que se preguntan qué películas mira la gente de acá y qué nos dice eso de nosotros. En Bariloche con puré, Nicolás Fakiel, un recién llegado a este lugar, entrevista a los nacidos y criados y a los que se vinieron para comprender a qué sabe esta ciudad.

De Bariloche para el mundo.

Ezequiel Fernández -guionista y director de cine- y Agustina Osorio -coordinadora de talleres de cine y columnista de cine en la radio- son las voces que se escuchan en El Marajá de San Telmo, un podcast que, a partir de entrevistas, propone a nuestra localidad como lugar de enunciación atravesada por las narrativas de la gran pantalla.

“Bariloche tiene una marca asociada a la montaña, al lago y al chocolate –dijo Agustina-. Queremos que se conozca Bariloche por otras cosas: ¿Sabías que hay un barco hundido en el agua y que hay un buzo que es cineasta y lo encontró? ¿Sabías que hay una ingeniera nuclear que tiene una banda de rock o que una escaladora, que se crió en un refugio, fue parte de la producción de la película de la Sociedad de la Nieve?”

Los podcasts El Método Rebord de Tomás Rebord y La Cruda de Migue Granados son dos referencias para pensar el Marajá. En este caso, los conductores buscan un intercambio atemporal con entrevistados de renombre con el propósito de armar un archivo de la historia de los últimos 30 años de nuestra ciudad. “Nos interesaba conversar con personajes de Bariloche que son casi instituciones y que no están del todo registrados. A diferencia del streaming, buscamos ese clima íntimo que se crea con el invitado cuando no hay cámaras de por medio”, dijo Agustina.

Otras veces, los episodios se centran en una práctica o profesión propia de este lugar. “Bariloche es tan diverso –agregó Ezequiel- que detenerse en un rubro fue una clave para la estructura del podcast. La cultura está atomizada, los del teatro no van a ver cine, los del cine no van a ver teatro. Además, la pandemia trajo una nueva oleada inmigratoria con nuevas perspectivas de cómo debe ser la ciudad y multiplicó las actividades artísticas. Ahora se superponen fiestas y festivales en una misma semana. El podcast está pensado a partir de la idea de que Bariloche es como Springfield, pasa de todo y todo es alocado y que el cine lo atraviesa todo el tiempo”.

La película funciona como un lente que amplía la conversación sobre las distintas vidas posibles en esta ciudad.Cuando Verónica Garea -presidenta de Invap- dice que le gustaría que haya un protagonista de las telenovelas de la noche que trabaje como ingeniera nuclear, con la idea de que ese oficio se normalice y deje de parecer una tarea extraña y sospechosa. También cuando la doctora María López Wortzman discute a partir del film “El hijo de la novia” los modos de vida de los adultos mayores de nuestra ciudad. “El cine nos cuenta historias -dijo Ezequiel-, es como nuestra caverna del Neandertal donde se pintaban las paredes para contar historias alrededor del fuego. Nosotros pintamos con imágenes la pantalla audiovisual, es la forma en la que la humanidad está retratando su historia de los últimos 120 años. Toda una arquitectura casi de melamina que dice: acá estuvimos”.

Los entrevistados tienen un lugar en la comunidad y lo interesante es que sus relatos se superponen. Conocemos la historia del primer y último videoclub de Bariloche no solo a partir de la voz de Carlos Suez, un gran curador de películas, una práctica olvidada -ahora las recomendaciones las hace el algoritmo-, sino también desde los aficionados que iban en busca de la película justa para pasar el fin de semana, como Julia Mengolini.  En esas superposiciones se teje la historia de un pueblo de montaña con largos inviernos para refugiarse en la ficción.

El nombre del podcast se refiere a una publicidad de la Unión Argentina de Video editores contra la piratería. El título del cassette era El Marajá de San Telmo, una película que nunca existió y que en el anuncio se autodestruye. La piratería fue parte de los inicios de este podcast. En el Festival Audiovisual de Bariloche, Agustina y Ezequiel, buscando esas películas que son difíciles de conseguir, se intercambiaron links de films argentinos, como algo muy preciado, y así empezó la conversación. Ahora El Marajá pasó a convertirse en un emprendimiento, saben que para darle solidez al proyecto es necesario pensarlo como un producto que se diferencie de los millones de podcast disponibles. Sueñan con resonar en el éter -acá y en otras partes- y crear una comunidad más amplia que traspase las montañas.

Bariloche con puré

¿Bariloche te abraza o te escupe? se pregunta el diseñador de imagen y sonido Nicolás Fakiel. Hace dos años se mudó a esta ciudad y desde el living de su casa, con dos micrófonos, un trípode y un celular conversa con sus invitados para entender los circuitos por donde se mueve la gente de acá.

Un poco por azar, otro poco siguiendo su curiosidad va cruzándose con barilochenses apasionados por lo que hacen. El primer episodio nos presenta a Sofía Nemenmann -productora de contenido socioambiental- quien remó los 360 kilómetros del río Santa Cruz para militar el proyecto de un río sin represas. Nano Geliberti de la Cooperativa del Barro nos describe cómo se diseñan casas que dejan poca huella de carbono y las redes sociales que se tejen en esta práctica y hasta se anima a pensar soluciones desde la bioconstrucción para la vía pública, que tiene tanto por mejorar. Marcelo Rojas, delegado de ATE Parques Nacionales, cuenta todo lo que tiene que ver con el paisaje que nos rodea. El Parque Nacional Nahuel Huapi delinea el perfil urbano, está tan presente que a veces no nos damos cuenta cuán entrelazados están ambos destinos. También Candela Guerrero nos habla sobre el proyecto Bari Ludens, un encuentro itinerante de casi doscientos juegos de mesas para adultos e infancias.

El nombre Bariloche con puré imprime la intención del conductor de que el producto se mezcle con la gente del lugar, lejos de la mirada del que observa desde afuera, pretende que el podcast sea un intercambio con los invitados y que se vuelva parte del ecosistema local. Nicolás se vino después de la pandemia y encontró una ciudad receptiva “A mi Bariloche me abrazó cien por ciento. Cuando llegás está el problema habitacional. No la sufrí tanto como otros. Los grupos de amigos se convirtieron en familia, porque somos muchos los que estamos lejos”. Este proyecto está vivo, fresco, tiene las puertas abiertas para quien quiera sumarse a esta aventura.

Nicolás coincide con Ezequiel y Agustina en que nuestra localidad es muy dinámica, hay mucho movimiento. pasan muchas cosas a la vez pero no están muy conectadas. “Bariloche es una ciudad nichosa -dice Nicolás-. Muchos nichos: deportivos, ecologistas, holísticos, artísticos que no se cruzan mucho”.

El Marajá de San Telmo y Bariloche con puré comparten experiencias, relatos, imágenes para entrelazar eso que parece fragmentado en busca de nuevas metáforas para pensar nuestra ciudad.

Por Verónica Battaglia

Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen

Seguí leyendo Al Margen:

“Los trolls colonizaron la forma del debate público”