Hernán Vanoli y la moneda en el aire
El último relevamiento de Sentimientos Públicos dice que el 51,5% de la gente podría llegar a votar al peronismo en 2025, aunque el 45% lo haría sólo por descarte. “El ánimo de la sociedad está bastante golpeado”, dice Hernán Vanoli. Otros porcentajes también expresan el clima de época entre los jóvenes y qué piensa la…
El último relevamiento de Sentimientos Públicos dice que el 51,5% de la gente podría llegar a votar al peronismo en 2025, aunque el 45% lo haría sólo por descarte. “El ánimo de la sociedad está bastante golpeado”, dice Hernán Vanoli. Otros porcentajes también expresan el clima de época entre los jóvenes y qué piensa la mayoría de las personas sobre la política.
Hernán Vanoli es sociólogo, escritor, autor de varios libros de ficción y ensayos y uno periodístico que se llama “Los dueños del futuro”, donde perfila a siete prometedores empresarios argentinos, entre ellos los unicornios Marcos Galperín y Martín Migoya. También dirige Sentimientos Públicos, una encuestadora con preguntas innovadoras cuyas respuestas aportan otras perspectivas para entender este tiempo. En su último foco grupal, analizó de lleno la mutación del peronismo y su representatividad.
– Sostienen en su última encuesta que el 51,5% de la gente dice que podría llegar a votar al peronismo. ¿Cómo se divide ese promedio entre el AMBA y el resto del país?
-Nosotros preguntamos de una manera que no es tan convencional. No sabemos si es mejor o peor que las otras, pero por lo menos ilumina otra parte de lo que piensa un poco la sociedad. Nosotros preguntamos por las posibilidades de votar por un candidato peronista. Era una pregunta con respuestas cerradas. Podían ser altas, intermedias o nulas. Nulas nos dio un 48,5%. Esto significa que entre posibilidades intermedias y altas tenés un 51,5%. Ahora bien, el “intermedias” es un campo muy amplio, ¿no? Es una intención de voto que está siempre más pegada a la coyuntura, a la situación económica antes de las elecciones y un montón de variables, ¿no? Lo que nosotros queríamos medir, era el nivel de rechazo que tiene el peronismo, y éste no llega al 50%. Ahora, lo que también notamos cuando abrimos estos resultados territorialmente en tres grandes nodos que fueron Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires y resto del país, las posibilidades del peronismo se incrementan mucho en la provincia de Buenos Aires, donde un 54% dijo que podría votarlo, y dentro de ese 54%, un 38% te dijo que las posibilidades eran altas. Entonces uno lo que podría decir, es que hoy en la Provincia de Buenos Aires hay un 38% de piso del peronismo, es el territorio donde es más fuerte. Ahora, si nos fijamos en el resto del país, le fue mucho peor al peronismo, el porcentaje de posibilidades nulas es de un 52%. Obviamente que falta muchísimo para las elecciones, y hay veces que es difícil hablar de resultados incluso en los días previos a las elecciones, porque el voto es muy volátil, porque la gente muchas veces toma decisiones inesperadas, porque muchas personas que son decisorias a la hora de votar no responden encuestas. Pero lo que nos configuraría este resultado, es un escenario en el cual La Libertad Avanza probablemente gane en la mayoría de las provincias, lo cual también depende cómo haga su alianza con partidos locales, con Juntos por el Cambio. Probablemente La Libertad Avanza pierda en Provincia de Buenos Aires. Y en la Ciudad de Buenos Aires hay un resultado abierto, porque lo natural sería que gane el oficialismo, Juntos por el Cambio, pero no sabemos cómo se va a armar la alianza entre la Libertad Avanza y un sector del oficialismo de la ciudad.
-Otro dato que me pareció muy interesante de la encuesta, que cristaliza el resultado electoral de 2023, es el rechazo que tiene el peronismo en la juventud.
-Sí, esa fue una de las cosas que nosotros veníamos trabajando, pero nos sorprendió mucho cómo se consolidó esa tendencia. Cuando vos abrís y te fijás cómo son los niveles de rechazo al peronismo, te empezás a dar cuenta de que entre los jóvenes, sobre todo en el segmento que nosotros llamamos “centenials”, que va de 18 a 29 años, la posibilidad de voto nulo al peronismo aumenta mucho. Un 63% no quiere saber nada con votar al peronismo.
-Ahora el peronismo es amplio. Quien votó a Grabois en las PASO tal vez luego votó en blanco o al FIT. ¿Hicieron alguna distinción entre dirigentes?
-Nosotros ofrecimos cuatro opciones concretas y una que era la opción de descarte. Propusimos un peronismo de centro, comandado por figuras de trayectoria en el interior, con acuerdos productivos, etcétera, pensando en el cordobés Llaryora, en un peronismo más de gobernadores de la región centro del país. Después pensamos en el peronismo de Moreno, un peronismo tradicional que intervenga la economía para industrializar el país. Después pensamos en el kirchnerismo. Después dimos una opción que no tiene un candidato claro, pero que pensamos que por diferentes entrevistas y grupos que hacemos a veces con jóvenes, podía ser un poco más atractivo para el votante joven, que es un peronismo tecnológico asociado a grandes empresas energéticas del software y agropecuarias, etcétera, a las que hay que darles ventajas. Y después ofrecimos “ninguna de las anteriores.” Y ganó esa: un 45% de las personas que están dispuestas a votar al peronismo, ya sea con posibilidades intermedias o altas, dicen que lo votarían solamente por descarte. Después, dentro de las variantes, vos tenés que el peronismo kirchnerista es la más fuerte, tiene un 25%. Pero bueno, es un 25% del 51,5%. O sea, es un 13% ó 14% a nivel nacional.
– ¿Hay un desglose provincial de esa pregunta?
-Sí, en las provincias el peronismo tradicional es más fuerte: pasa del 12 al 15%. Pero no es la opción más elegida, que sigue siendo el kirchnerismo. Y al peronismo de centro no le va tan bien en el resto del país, sólo en la región centro.
-Hace poco entrevistamos a Esteban Rodríguez Alzueta, que decía que el votante de Milei tiene más optimismo que esperanza. Y cuando decís en tu encuesta que el peronismo ya “no pareciera ser más la opción de los deseantes de progreso y de inclusión”, pensé: estamos frente a una sociedad con el ánimo por el piso.
-Creo que el ánimo de la sociedad está bastante bajo, golpeado, por toda la recesión que está sufriendo el país, por el aumento del desempleo, porque si bien la inflación baja unas décimas mes a mes, el índice de precios del consumidor y las variables que toma el INDEC para medirlo son muy cuestionables. Nosotros hicimos preguntamos en otra encuesta si la gente percibía que los indicadores del INDEC expresaban su situación económica cotidiana y un 54% nos dijo que no. Entonces me parece que a pesar de los buenos números que da el gobierno y el buen clima que se intenta generar en algunos medios de comunicación, la situación económica es complicada. También hay que pensar que la inflación prolongada en el tiempo que arrastró el país, destruyó un poco los sistemas de expectativas. Y en ese sentido, en este estudio del cual estamos charlando hicimos otra pregunta más, es una frase (muchas veces tomamos frases que escuchamos o que dice la gente en grupos focales y las medimos a ver qué pasa). Dando una opción de acuerdo o desacuerdo, preguntamos: “ya no voto por expectativas económicas, lo único que pretendo de la política es un poco de certidumbre para desarrollar mi vida y menos hipocresía por parte de los políticos”. Esa frase tuvo un 81% de acuerdo. Eso te explica un poco todo. Yo creo que hay un núcleo duro de votantes de Milei que todavía están entusiasmados, que son como su minoría intensa, los que lo votaron en la primera vuelta, un 30% del electorado. Después hay un grupo grande de gente, que es otro 20% o un poco más, que va variando de acuerdo a quién lo mida, que todavía dice “antes era peor, ahora por lo menos hay un rumbo, este tipo no tiene una doble agenda, no negocia tanto, es el primero que está haciendo lo que me prometió que iba a hacer”. El conjunto le da un cierto apoyo social, ¿no? Y bueno, después hay un 45% que no lo puede ver. Milei no pudo convencer a un solo votante de Massa. Ahí tiene un rechazo muy fuerte, aunque no supera a la mitad de la gente.
Hay una nueva polarización, ¿no?
Exactamente, es una polarización latente y uno se hace muchas preguntas en base a esto. Uno dice: “¿Bueno, vamos a ir a una nueva polarización o este gobierno finalmente va a lograr dominar del todo la economía, lograr una cierta bonanza, un cierto bienestar y se va a terminar esa polarización?”. No lo sabemos todavía. La moneda está en el aire. El triunfo de Trump claramente jugó a favor de las expectativas del gobierno. Ahora hay que ver cómo se sigue desarrollando.
Por Pablo Bassi
Foto portada: Pablo Candamil
Cooperativa de Comunicación Popular Al Margen
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